domingo, 31 de marzo de 2019

1814. En algún lugar de España.

Estaba Don Narciso
compungido,maldiciendo una vez más esta tierra ya de por sí maldita. Otra oportunidad perdida. Pueblo ignorante , que de una forma contumaz, se negaba a salir del oscurantismo.
Lo llamaban despectivamente afrancesado, pero él se consideraba un buen español. Deseaba que las nuevas ideas, traídas por la ilustración y el siglo de las luces , fructificasen de una vez por todas en su amado País.
Sabiendo que no le quedaba otra que tomar las de Villadiego, quiso platicar un rato con Venancio. Sabia que había defendido a cuchillo la Plaza de Zaragoza y en lo más profundo le admiraba.

-Venancio, ¿Qué tal van las cosas en tu casa?

-Muy bien, ahora que los gabachos ya no están. Calientes se marcharon.

-¿Qué piensas de la libertad y las nuevas ideas?

-Sabe usted Don Narciso que le tengo por docto e instruido. A fe que le tengo ley, pero esos franchutes no vinieron a ilustrarnos, sino a enseñorearse de nuestra tierra, mujeres e hijos. No hay libertad, dónde la dignidad y el honor se pisotea

-Razón llevas, Venancio. Su comportamiento ha sido infame, pero he ahí de nuevo una oportunidad perdida.

-Tenia que haber visto al general Palafox, cuando el mesié Verdier le vino con aquello de "Paz y capitulación". La respuesta fue breve , pero no dejó resquicio a la imaginación, "Guerra y cuchillo"-gritó-,y ese fuego vivo que sólo a cuchilladas se puede templar, nos subió a todos por las venas y este santo pueblo, respondió como sólo él sabe hacerlo, cuando le ponen entre la espada y la pared.¡ Caro hemos vendido el pellejo!. Digno de ver, Don Narciso.

-Calla Venancio, no seas bruto.Ahora volverá el Felón y junto con la curia y ministros incompetentes harán tabla rasa.

-Pues no se enfade usted, que sabe que soy un pobre ignorante, pero ¡Vivan las caenas!. Viva Palafox y viva Agustina de Aragón. El Rey tendrá que sancionar la Constitución que para orgullo del pueblo español, se ha dictado en Cádiz.

-Pobre ignorante, ¿y tú te crees eso?

-A ver que hace el Deseado, que yo no quiero cadenas, pero menos apego le tengo a los gabachos y al "Botella". Cada mochuelo a su olivo y a guillotinar a Francia, que aquí nada se les ha perdido.

- Una guillotina es lo que hacía falta aquí. A mí me queda el exilio, la represión será brutal.

-No le digo a usted que no, que bien hará en cambiar de aires. Usted que puede. Al pueblo nos queda seguir bregando. Fíjese que Napoleón pretendía incorporar a su imperio esta noble nación. ¡Si mi bisabuelo levantara cabeza, a arcabuzazos los corría a todos! . Yo ya no podré poner ninguna pica en Flandes, pero sí la pongo en esta tierra de valientes y a mí, ningún mesié, me ha de robar el aire que respiro.

-Cierto es lo que dices. Esa gentuza no ha sabido tratar a esta noble tierra, tan amable con los extranjeros y tan cruel en su venganza, cuando se les traiciona.

-Vaya usted con Dios, Don Narciso, que este ignorante que está delante suyo, sabe ver sus buenas intenciones para con esta bendita tierra. Sabe usted que no amamos las cadenas. Este pueblo anárquico, no se puede encadenar por mucho tiempo.


Don Narciso emprendió el camino del exilio y meses más tarde, aquellos que gritaban "Vivan las caenas", tal y como bien había pronosticado Venancio empezaron a gritar "Viva la Pepa".

Todavía habrían de tenérselas,con los Cien Mil hijos de su puta madre, pero esa, ya es otra historia.

domingo, 27 de agosto de 2017

En verano

Corría el verano del 84, y yo sólo había conseguido enamorarme del amor, con aquella canción de F.R.David, "Words", era su título.
Tendría unos 14 o 15 años cuando la oí por primera vez en un bar, tomando unos refrigerios con mis padres y unos amigos suyos. Todavía siento ese latigazo que hizo que mi rostro tomara el color de la grana y esa ansiedad por descifrar en alguna mirada algún indicio que me constatase que nadie se había percatado de mi azoramiento.Conseguí relajarme un poco al verlos en alegre conversación. Tranquilamente volví al mundo de las ideas, de las que hablaba Platón, a la búsqueda de lo puro, lo verdadero, que era la esencia de la belleza.
Se despertaron en mí deseos, que sólo en una ocasión, con aquel niño, Valentín, -se llamaba-, apenas se nos mostraron, pero suficiente para despertar en mí esa necesidad eterna desde principio de los tiempos de amar y ser amada.
Un mundo de sentimientos leales, nobles y auténticos. El estado ideal del ser humano.

No tenía novio, ni nadie que me gustase, ni siquiera sabia inglés,pues en esos años, en el colegio teníamos como idioma extranjero el francés, pero me aprendí de memoria como un papagayo aquella canción.
Mis amigas enamoradas discutían e intercambiaban experiencias, sobre ricos paraísos de los que decían haber visto manar rica leche y dulce miel.
Y yo seguía sin enamorarme.

Me ví casi obligada a subsanar esa tara,forzando ese sentimieno,ponerlo en práctica...¿Pero cómo?.

Dos hermanos y un atardecer con un rojo declinar en el horizonte y hermosa paleta de amarillos y ocres, bañando cuerpos áureos llenos de estío, bastaron para al menos intentar engañar parcialmente, a mis sentidos, que me permitieron  acercar a ese mundo platónico, aun sin dejarme entrar en él.  ¡Que prisas Dios mío!.
Hoy se me antojan extrañas.Cuanto menos tiempo queda,más se difuminan,hasta casi desaparecer.

Puse mis ojos en el hermano mayor. Y en una de aquellas interminables tardes, leí en su mirada lo que mi alma había sentido,pero que no obstante con él se me negaba.
Me enteré que tenía novia de las de toda la vida, pero sentí también que eso no sería un obstáculo.
Y en un giro inesperado me eché atrás.
En ese momento no era consciente, pero cuando después del verano me llegó aquella carta de su hermano con unas faltas de ortografía de las que hacían sangrar los ojos, empezé a darme cuenta, aunque intentaba sobreponerme a la decepción.
Le reenvié aquella carta corregida en rojo junto a otra llena de amor y justificando mis buenas intenciones.
Y a Dios pongo por testigo q no hubo dolo por mi parte.
Esperé y esperé contestación, pero en vano.
El silencio fue la respuesta.
Quise llorar, pero no podía.En vez de eso un sentimiento maravilloso de libertad se apoderó de mí, acompañándome de nuevo al mundo de la materia, alejándome de aquel otro al que no conseguí engañar y que se desvaneció ante mis ojos, como una fatamorgana en el desierto.
No, no era amor.Lo supe en el momento en que por honradez y honestidad desvié la mirada de su hermano para ponerla en él.
Ninguno de los dos, teníamos nada que perder.

domingo, 2 de julio de 2017

La carabina

La recuerdo con el pelo largo,lacio y rubio trigueño.Ese pelo que yo primorosamente peinaba hasta que relucía bajo los rayos del astro rey.
Eran los hermosos veranos de la década de los setenta,en los que mi tía venía de vacaciones,importando una moda de pantalones acampanados,altas plataformas y camisas floreadas,reminiscencia de la década anterior,dominada por el movimiento hippie.
Era la España ansiosa por llenarse los pulmones de aires de libertad,dónde el Nodo se hacía eco de la cultura del teleclub,que eran recintos dónde lo mismo se discutía la "orden del día"que se celebraba un guateque o se convertía en biblioteca improvisada.
En mi retina quedó fijada aquella copia inquietante del cuadro de Goya,"Dos Viejos tomando sopa".Me parecía turbadora y fascinante al mismo tiempo,aunque no me encajaba entre aquellos vinilos de Fórmula V con su "Fiesta de Blas",Los Bravos,Nino Bravo y canciones como "Por el amor de una mujer","Para que no me olvides" o"Échame a mí la culpa",canciones que invitaban a una juventud párvula a enamorarse y a sonreirle a la vida.
Chicas tímidas que no salían sin su carabina,ojos extensivos de madres guardianas de la virtud de hijas de una España profunda y aún pacata.
Fue así fue como mi tía, me convirtió en su carabina particular.
Encajé en ese ambiente desde el primer momento a pesar de mi corta edad,al punto que cuando me tocó ser protagonista de mi propia generación,los años ochenta,no podía dejar de comparar y de sentirme un poco extraña en aquellos años raros y extravagantes.
Guardo en mi memoria aquellas tardes soleadas con chicos de una generación que no me pertenecía,pero con la que empatizaba en sus  esperanzas,ilusiones y con las mismas canciones que hoy todavía perviven en mi recuerdo y que siguen emocionándome.
Era inmensamente feliz con aquella juventud que me llenaba los bolsillos de chicles,que tenían que ser Cheiw,como rezaba el marketing de la época.
Me enseñaron a hacer bolas enormes, me sacaban a bailar,creando en mí la ilusión de que ya era mayor y que era una de las suyas.
Me sentí alcanzada por el brillo que destellaba mi tía,que era directamente proporcional a los Cheiw que aterrizaban en mi boca con aquella explosión de azúcar y sabor.Dos bolas y un nuevo Cheiw.
Ví,besos inocentes,furtivos y chicas marchándose medio enfadadas y azoradas por aquellos robos clandestinos.
Recuerdo con un cariño especial a Miguel Ángel que cortejaba a mí tía.
Me parecía un Adonis,alto,moreno,pelo semi-largo,con aquella camisa blanca que enmarcaba a la perfección aquel torso moreno y perfecto rematado con una cadena de oro y su crucifijo.
Supe que estaba enamorado de mi tía por las atenciones que me dispensaba.
En una época dónde los impulsos sentimentales se reprimían,todo aquel caudal de emociones venía a repercutir directamente en mi persona.Me abrazaban,se reían y me besaban los dos,que era una forma,quizás la única,de abrazarse y besarse ellos en aquella España nueva  que pugnaba por nacer.
¡Cómo no iba a ser feliz!,si me llevé el amor que aquella sociedad hipócrita le negaba a ellos.
Aquel romance con vistas,terminó de forma trágica en una curva maldita.
Mi tía,nunca superó aquella tragedia.También fue un duro golpe para mí,el primero que me enseñó que nada es seguro y que el imprevisto podía hacer acto de presencia en cualquier momento y en cualquier fiesta,aún sin ser invitado.
La era Cheiw había tocado a su fin pero estaba a punto de entrar una nueva;la era Haribo.
La vida continuaba y mi tía seguía siendo joven y guapa,por eso que un verano de esa misma década,no me sorprendió ver a un Fritz siguiendo su estela.
Y allí estaba yo otra vez recibiendo retazos de un amor que nuevamente no me correspondía.Paseos en un coche con el que el españolito medio sólo podía soñar y ositos Haribo de mil colores vinieron a sustituir a los Cheiw.
Se deshacían en mi boca y viajaban a los receptores de placer de mi cerebro con la misma velocidad pasmosa,y aunque me imponía el reto de no morderlos,saboreando el gozo de sentirlos desintegrarse en mis papilas gustativas me resultaba misión imposible,ante tal avalancha de Haribos de mil colores.
Supe nuevamente lo mucho que mi tía le importaba al alemán,cuando borracha de Haribos y jugueteando con la puerta del coche,ésta me atrapó los dedos.
Mis gritos de dolor debieron ser espantosos a juzgar por la palidez del rostro del teutón.Me impactó tanto su tez cetrina  que dejé de llorar en el acto,no por ausencia de dolor propio sino por respeto a su dolor,pues percibí que debía ser infinitamente mayor que el mío.
Noté sin embargo una pequeña diferencia con Miguel Ángel,mi tía no sonreía,ni me abrazaba en su presencia.Más bien parecía molestarle la deferencia que el alemán me mostraba.
Y así llegamos al verano en que mi tía nos vino hablando de una amiga que había conocido.Habían congeniado muy bien y se habían ido a vivir juntas para ahorrar gastos,-decía-.
Aquella amiga,vino para quedarse y nadie osaba poner palabras a las sospechas del pensamiento.
Yo había crecido y aquel mágico mundo se esfumaba para dar paso a otro,dónde yo iba a ser la protagonista.
Fue mucho tiempo después cuando me percaté de que aquella hermosa melena trigueña había desaparecido para dar paso a un amarillo canario y un corte a lo chico.
Desviaron magistralmente nuestra atención y se las tenía por amigas del alma como ellas mismas se definían.Además nos tenían despistados a todos porque eran cristianas pías y devotas,aunque no de misa diaria,sí de misa de los Domingos.
En lo que a mí respecta,mi amor por ella era incondicional.Había invertido tanto amor en mí desde que tenía uso de razón,que dejar de quererla por su condición,no era una opción.
Un día cualquiera,de esos que no pueden fijarse en el calendario,mi tía ya en la cincuentena empezó a tener ligeros olvidos,a llorar por cualquier cosa,a olvidarse de comer,de pagar facturas.
El tiempo había dejado de existir y de ser punto de referencia.
Su amiga,espantada,por amor y miedo a que las separaran empezó a imitarla.No obstante el diagnóstico no dejaba lugar a dudas.Tampoco importó mucho.
El Alzheimer había tomado el control de sus vidas y una realidad profunda y ya sin filtros emergió de las profundidades del alma tan recóndita y escondida.
Se erizaba la piel ver como sin ningún tipo de pudor se besaban y paseaban agarradas de la mano,ausentes del mundo.Con un orgullo hasta entonces desconocido.
Impactaba ver como la enfermedad derribó espesos muros,dejando al descubierto secretos hasta entonces celosamente guardados.
El que quiso ver,vió,mientras que al que no quiso entender,sus propios filtros,aún firmes y sin grietas,les desviaron a esa zona de confort,dónde las verdades incómodas no tenían tarjeta de invitación.

domingo, 18 de junio de 2017

Al viento

El final del viaje se aproximaba.
Lo sabía por las luces y faros que en lontananza iban tomando forma.
Puntos de esperanza y seguridad para los barcos que en la negrura de la noche se acercaban a puerto.
Se hacía inevitable no mirar atrás y recordar cuando partió.
Había visto naufragios,y tempestades virulentas desgarrando montañas y quebrando peñascos;a hombres fuertes e implacables convertirse en simple hojarasca delante de vientos inclementes y enfurecidos.
Durante esas inclemencias solía mirar el cielo y se quedaba pasmada,observando el vuelo majestuoso y sabio del albatros viajero,surcando el viento y acoplándose a él.
Ascendía,girando en la dirección de la corriente y descendía una y otra vez,planeando por horas sin batir sus alas ni una sola vez.
Le fascinaba la habilidad de ese pájaro intrépido,para planear los cielos con tan poco esfuerzo.
Ella quería tener también esa complicidad con Eolo,y sentir como muchas veces había sentido,esa leve brisa en su mejilla después del temporal,esa caricia que conseguía arrancarle una sonrisa por saberse viva.
Planeando había llegado a Puerto.
El porqué,para qué y con qué objetivo y propósito ya no era cosa suya.
Eran preguntas que quedaban suspendidas en el tiempo,ese tiempo que ella creía que pasaba,mientras la que realmente pasaba era ella.

viernes, 6 de enero de 2017

Navidad.Un Cuento.

Querido señor Ebenezer Scrooge:

No se asuste cuando reciba esta misiva desde el futuro,tampoco es mi intención incomodarle en fechas tan señaladas.
Decirle sólo que el espíritu del futuro que le visita,no sabe hacerse comprender realmente;usted no es el muerto.Entiéndame,morir se va a morir igualmente,pero no antes ni después del tiempo que todos tenemos señalado desde que nacemos.
Desde el año 2016 le puedo confirmar que lo que realmente contempla en su sueño,es la muerte del propio espíritu navideño.
Disculpe por no haberme presentado antes.
Mi nombre es Samuel Pérez y le escribo desde un rincón de Europa que no viene al caso,al igual que el tema del brexit,del que me proponía hablarle,pero que tampoco ha lugar,pues si usted hoy regresase a Inglaterra se la encontraría como la dejó,con alguna que otra mejora como es lo natural. 
Releyendo a su creador,y con referencia a los tres espíritus que se le aparecen déjeme contarle que aquel espíritu de Navidades pasadas sigue visitándonos en la actualidad.
En mi caso concretamente,me llevó hasta Oliver Twist,el único que sin duda  le es familiar de los que voy a citarle;Debbie Reynolds  y Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" o a John Wayne en "Centauros del desierto"llegando a la solitaria casa de los Edwards ubicada en la vastedad del desierto,pero al calor del hogar,el mismo desde el que yo rememoro también  aquellas emociones,mientras contemplo el espeso manto de nieve que cubre el paisaje fuera.
No sé exactamente en que momento descubrí el origen pagano de la Navidad,créame,en 2016,desde dónde le escribo, la iglesia ya no manda nada y se puede acusar directamente al Papa Julio I de colocar al niño Jesús,allí dónde antes los romanos celebraban el solsticio de invierno y las Saturnales.El 25 de diciembre conmemoraban el nacimiento del dios Sol y Mitra,pues bien,ningún empacho ha sentido el tal Papa en colocar en su lugar al niño Jesús,aún sabiendo que no se conoce exactamente la fecha de su nacimiento y que es casi imposible que los pastores estuviesen al raso con sus rebaños en pleno invierno.
Con lo cual,señor Scrooge,podemos coincidir en que el espíritu de  Navidades presentes no es diferente de aquel otro que embargaba a los romanos.Imagine los mercados abarrotados,casas y calles llenas de ruido,banquetes,borracheras y juergas desenfrenadas.
En 2016,hasta China sucumbe al embrujo de la Navidad pues ha captado el espíritu seglar y comercial de las fiestas,dónde los verdaderos templos son los centros comerciales llenos de luces y atronadores altavoces entonando villancicos y dirigiendo anuncios a los niños descaradamente.
Se llega a cuestionar hasta que los reyes magos procedentes de Oriente,pusiesen alguna vez un pie en Europa.Que tampoco eran magos,sino astrólogos de la antigüedad.
Es hasta sospechoso que vengan de Oriente y cargados de paquetes,debido a que el Islam,-dicen que radical-,vuelve a hacer de las suyas en nombre de Alá.Nada hay que decir al respecto,hágase usted cargo que los hijos de Alá siguen en el S.XV.
Reitero escribirle desde mi presente,que es su futuro aunque no lo llegue a ver por limitaciones obvias,no obstante  en 2016 sigue siendo como en 1843,uno regresa a los lugares dónde fue inconscientemente feliz y amó la vida,como Scarlett O'Hara a "Tara" o Ashley Wilkes a los "Doce Robles".Contemplar un mundo viejo desmoronándose al calor de la lumbre,antes de que como John Wayne haya que regresar a la inmensidad del desierto,mientras la puerta del hogar, se cierra a sus espaldas.
Es una tregua señor Scrooge,como la de aquel año de 1914 en que alemanes e ingleses celebraron la Navidad juntos,aún sabiendo que al día siguiente habrían de seguir matándose.Sólo el espíritu de Navidades pasadas pudo en mi opinión obrar tan grande milagro,el mismo espíritu que quizás le embargue  a usted y a mí.
Me despido ya señor Scrooge,no sin antes desearle una Feliz Navidad y alegrándome que cuando despierte,su sueño haya sido eso,un sueño,porque citando a Calderón al que al menos su creador con seguridad conoce,"Los sueños,sueños son".Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo Señor Scrooge.


sábado, 3 de diciembre de 2016

Aquella..

Aquella muchacha 

"Me gusta el hombre que lucha contra sus vanidades,que trata de dominar sus pasiones,porque ése,es un hombre que aspira a ser bueno,todo lo bueno que  un hombre puede llegar a ser,dentro de sus posibilidades y con sus limitaciones".Con razonamientos como éste,o"la razón de la sinrazón.." q diría Cervantes,acabó Lucía expulsando definitivamente a Miguel a la Calle del Olvido.
Se acabó casando con Manuel, y todo parecía ir viento en popa y a toda vela como suele decirse . 
Mientras tanto, yo también había conocido a un hombre que de príncipe no tenía nada,pero bueno,en aquellos frenéticos años ochenta,las niñas tampoco queríamos ser princesas,como cantaba Sabina.
Quise quererlo y lo quise,sin más. 
En cuanto se enteró mi tío,me soltó aquella frase que hizo que casi llegara a odiarle por hereje,me acordé hasta de Torquemada . "Por la compasión entra la peste"-me dijo-.Ni que decir tiene que me pareció deleznable y ruin.
¿Qué  iba a saber él del amor,si su mujer le ponía los cuernos practicamente desde el primer día de la boda?.
En mi estupidez e ignorancia hasta llegué a pensar que se lo tenía merecido.
Con el tiempo y algo más que una caña,comprendí  que el desgraciado hablaba con conocimiento de causa.
Peor lo tuvo mi amiga Lucía,que tras varias palizas y alguna que otra orden de alejamiento,al final se tuvo que divorciar y hasta tuvo suerte que aquel rufián metido a Quijote pusiese sus ojos en otra incauta,a la que el buenismo de mi amiga quería poner en antecedentes . 
Como pude y a lo Sancho Panza,la disuadí de tan loable intención,pues sabía bien que nadie aprende en cabeza ajena,además aquella pobre desgraciada,a buen seguro tenía ya su voluntad secuestrada,con lo que cualquier argumento que pudiera esgrimir mi amiga,no resultaría en otra cosa q no fuese apedrear su propio tejado.
El despertar fue el de muchas mujeres;la soledad y unos hijos aferrados a sus faldas,recordándole que la vida sigue y que no era tiempo de llorar.
Se aferraba a su taza de café como si tuviese miedo que también la fuese a abandonar.Y las lágrimas que amenazaban con desbordarse de aquellos ojos asombrados,finalmente cumplieron su amenaza cuando "Los Secretos"por sorpresa y a traición tomaron el hilo musical del bar con"la calle del olvido".
Mi tía,dejó de parecerme una mala mujer por adornar tan sutilmente las sienes de su marido,aunque mis sentimientos eran encontrados al respecto,pues mi tío,había intentado disuadirme con aquella pista que resultó más certera que los clavos de Cristo,y el pobre seguía aguantando carros y carretas.Sólo le vi como una fiera el día que la manirrota de su mujer fue a dar con lo que él llamaba su "ladrillo",que no resultó ser otra cosa que el vil metal.Llegaron a las manos y todo,y la historia  acabó con mi tío en el calabozo, mi tía de fiesta durante dos días y luego el perdón y a seguir tragando sapos que  la Ley estaba como estaba y hasta el propio ministro que la impulsó a punto había estado de probar de su propia medicina.
Mientras,mi amiga y yo nos quitábamos la venda que años antes nos habíamos colocado.En un primer momento nos asomamos al vacío,a la nada.Ni rastro del amor,ni de aquellas chiquillas que simplemente se habían ido.Era tal la tensión y agonía que producía enfrentarse a ese páramo tan desolador,que las compuertas de los cielos se abrieron dando salida a un purificador mar de lágrimas,que oportunamente vino a restablecer el equilibrio perdido.
Ya en la noche,a solas conmigo misma,quise imaginar que algún día,cuando sonase la última trompeta,volviese quizás a reencontrarme con aquella muchacha de pelo frito y sesera a juego.Sonreía en la oscuridad de la noche con sólo recordarla.
Pensé en telefonear a mí amiga,que seguro seguía mortificándose con la sombra de Miguel vagando en la noche,pero Morfeo empezaba a acunarme entre sus brazos, y mi mente ya un tanto espesa se empeñaba en reproducir una y otra vez como si de contar ovejas se tratase,los acordes de la"Calle del Olvido".

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Verano agónico

Empezaba el verano, y un calor húmedo y sofocante envolvía la atmósfera,no obstante quise cerciorarme si debía dar crédito a mis propios sentidos,de los que en cierto modo, dada mi situación dudaba.
Sentada en las silla de la sala ,entablé conversación con un hombre calvo,sentado a mi diestra;le había estado observando disimuladamente, pues parecía estarse batiendo consigo mismo en ese típico diálogo interior,dónde uno acaba hasta haciéndose trampas a sí mismo,a fin de tomar la decisión deseada,aún a sabiendas de que no sea la más acertada.
-Hace un calor horrendo, -dije-.El calvo pareció salir de su ensimismamiento ,me miró como si acabase de percatarse en ese mismo instante de mi existencia y tardó unos segundos en contestar; supuse que el tiempo que tardó en ubicarse en la realidad.
-Si, y la humedad aumenta esa sensación ,es lo que tiene vivir en la Costa.
Ambos nos habíamos respondido y él parecia haber hallado la fórmula para mantenerse pegado a la silla.
Un sudor frío comenzaba a atenazarme la nuca, y no dejaba de parecerme curioso,que ahora era yo quién trataba de engañar a aquel hombre,fingiéndome presente,cuando realmente mi espíritu empezaba a ausentarse ,aún en contra de mi propia voluntad.
Trataba de mantener el tipo,cazando alguna palabra al vuelo que me permitiese mover la cabeza con coherencia en una u otra dirección,quería centrarme en el calvo del cual ni siquiera su nombre sabía,a fin de evadirme de esa sensación tan desagradable que me embargaba; pero mi cerebro empezaba a trabajar de forma autónoma,dejándome a mí sin opciones.
Dejé de percibir el tiempo tal y cómo lo conocía y entré en una vorágine de sensaciones que me impelían con fuerza a la huida o la lucha.
Décimas de segundo y estaba en plena batalla. No identificaba a enemigo alguno,pero sentía su inequívoca presencia.
Tenía una cita, una cita a la que no podía fallar.
-Aquí me quedo, aquí me muero,pero tú no me vuelves a tocar.-grité con una voz que no parecía la mía.
Mis piernas amagaron con cruzarse en un acto meramente mecánico,pero algo obstaculizaba el que pudiesen llegar a conseguirlo del todo.
Me pareció oir en la lejanía una serie de improperios que parecían dirigidos a mi persona. No me importaba, sólo buscaba unos ojos, una mirada,que finalmente encontré,asombrada,rabiosa pero que sin dudar leyó en la mía.Vi como se sacaba los guantes con ira y cómo mascullaba algo entre dientes que ni siquiera me esforzé en entender.
Acto seguido volví a ausentarme del tiempo,ya que ni podía ni hubiese querido detenerlo.
Desperté y vi unos ojos enormes que me observaban desde un gorrito blanco, los papeles parecían haberse invertido,ese ser había llegado antes a la cita que yo y a pesar de mí.
En cierto modo carecía de importancia quién hubiese llegado antes e incluso la forma violenta en que se abrió camino,hasta el miedo agarrado a mi nuca había jugado a favor. Nos había salvado a los dos,haciendo posible que el instante de esa nueva vida fuese menos traumático.
Un dolor físico, inenarrable me hizo tomar conciencia de la titánica lucha que había tenido lugar .Heridas de guerra sin duda,que el propio tiempo se encargaría de cicatrizar.
Mi instante seguía su curso  al igual que el de un río,sabedor de su destino.
Todo estaba bien.